No es el primero y seguro que no será el último. Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), titulado Orientaciones estratégicas globales para el fortalecimiento de la enfermería y la partería 2016-2020, centra su atención en la necesidad de poner en valor y mejorar la labor que desarrollan los profesionales enfermeros en todos los sistemas sanitarios del mundo.

Llama la atención, en primer lugar, que la OMS hable de “fortalecer”  a la Enfermería dando por entendido que ésta se encuentra en una posición de debilidad dentro del engranaje de los servicios de salud. Habrá opiniones en todos los sentidos, pero seguro que todos coincidimos en que la profesión aún no ha encontrado un espacio propio y bien diferenciado en el que pueda desarrollar con plenitud los conocimientos y competencias adquiridas en sus años de formación.

Cierto es que la situación de los profesionales enfermeros se diferencia mucho de unos países a otros, pero el “denominador común”, y así lo entiende también la OMS, es que aún queda mucho camino por recorrer para que la Enfermería pueda desarrollar todo su potencial y, en definitiva, mejorar la atención que prestan los sistemas nacionales de salud.

Coincido con gran parte del contenido del informe de la OMS y también tengo el convencimiento de que los próximos cuatro años serán claves para lograr, entre todos, que la profesión enfermera dé un gran paso hacia adelante y no siga estancada en una situación como la actual manifiestamente mejorable.

Recursos adecuados, mejor formación, más colaboración interprofesional y liderazgo enfermero son los principales aspectos que ponen sobre la mesa los expertos y profesionales que han participado en el informe de la OMS, desde el convencimiento de que son los grandes ejes sobre los que debe pivotar el desarrollo futuro de la profesión.

A ellos sumaría un mayor desarrollo competencial y nuevos ámbitos de actuación profesional si queremos realmente una profesión fuerte y más útil para todos.

Lo que no menciona el informe y resulta también muy necesario, al menos en el caso español, es que el propio colectivo se crea, no lo que es, sino lo que puede ser, y realmente tenga ambición  de mejorar como profesión. Hay que abandonar ciertas zonas de confort mal entendidas y trabajar de forma conjunta para que los profesionales del futuro vean reconocido todo su esfuerzo y dedicación.

La queja y la crítica son normales y necesarias, pero lo que realmente hace que un colectivo profesional progrese es priorizar el bien común y, una vez bien focalizado el objetivo, trabajar a una para alcanzarlo sin que las barreras del camino que, a buen seguro se levantarán, se conviertan en imposibles de traspasar.

Coincide el periodo establecido en el informe de la OMS con la legislatura del nuevo Gobierno que saldrá de las urnas el próximo 26 de junio. A él y a todos los ejecutivos autonómicos debemos pedirles que presten mucha atención a éste como a tantos otros informes de organismos e instituciones nacionales internacionales que piden un cambio en los sistemas sanitarios en los que, como reza el dicho, la Enfermería pese realmente por lo que vale. Si la OMS lo dice… será por algo.

Aquí puedes leer el artículo de Víctor Aznar en Redacción Médica