Existe una gran variedad de contextos donde los enfermeros trabajamos más allá de nuestra presencia habitual en hospitales y centros de salud; ejército, prisiones, colegios, residencias, polideportivos, ONGs, petrolíferas… Diversos contextos organizacionales en los que desarrollamos nuestra función principal, la de cuidar a los ciudadanos, a toda la población.

Ésta es la esencia de nuestro trabajo y para la que hemos sido formados. Sin embargo, nadie nos ha educado para explorar y explotar las oportunidades emergentes que el futuro nos ofrece como profesión. Sí nos han formado (en el mejor de los casos) en ser buenos administradores, en saber hacer planes y presupuestos, en calcular recursos y ajustar horarios pero no en ser líderes. En crear un horizonte profesional, una visión tentativa del futuro y diseñar las diferentes estrategias para alcanzarla.

Nos han educado para trabajar en las diferentes organizaciones centrados en nuestras tareas, enfocados en nuestras funciones y procurando aplacar bajo un falso argumento de seguridad, cualquier cambio que implique aumentar nuestras competencias (que no nuestra carga de trabajo), promoviendo así cierto estado de complacencia, de presión, para mantener todo igual.

Trabajamos en estos contextos organizacionales donde prevalece la resistencia al cambio de manera natural y donde nos sumergimos en esta inercia porque, al mismo tiempo, nos posicionamos como profesionales de alta credibilidad y experiencia, con alto reconocimiento sobre nuestro desempeño por parte de la población que es, en definitiva, para lo que hemos sido formados y educados como colectivo.

Pero este enfoque interno del valor de nuestra profesión, centrado únicamente en la tarea y en el desempeño nos conduce al estancamiento de la misma. Ser capaz de motivar e inspirar a los enfermeros a actuar de manera diferente, ser capaz de fortalecer y construir su capacidad competitiva, ser capaz de crear equipos y alianzas por encima de la inercia a vencer es ser líderes. No podemos conformarnos con ser el principal proveedor de cuidados de la  población ni con solo ser gestores o administradores, que sin duda también lo necesitamos.

Debemos ser líderes del cambio que se tiene que producir y que de hecho, se está gestando en todos los contextos porque esto será sin duda el factor diferenciador entre un futuro de éxito o de fracaso para nosotros como enfermeros y para la salud y el bienestar de la población. Sin duda ya estamos en el camino pero sin líderes no estaremos caminando.