Hemos avanzado mucho en la investigación enfermera a lo largo de los últimos años, pero tenemos que ser incorformistas pues queda mucho por hacer #CongresoFUDEN.

“Hay menos dinero para la investigación y también hay menos dinero para la salud. No ponemos suficiente esfuerzo para prepararnos para el futuro”. Estas afirmaciones pertenecen a la científica francesa Hélène Langevin-Joliot, nieta de Marie Curie. Como su abuela, es física nuclear. Esta reivindicación la realizó en su reciente visita a España para impartir una conferencia dentro de los actos programados con motivo de la exposición “Marie Curie: una polaca en París”, en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, programada por el CSIC. Sus declaraciones las leí mientras regresaba de participar en el X Congreso de Investigación organizado de SATSE en Ciudad Real. Las ponencias abordaron cuestiones vinculadas con la salud, la ciencia y la investigación. Y en línea con las ideas expresadas por la nieta de Marie Curie, quienes intervinieron, en su mayoría mujeres, coincidieron en señalar la necesidad de defender la relevancia de las mujeres, en nuestro caso enfermeras, en el desarrollo de nuestra disciplina.

Hace apenas una década, los congresos de investigación enfermera no eran habituales. Tampoco tenían la capacidad de llenar las facultades con pósteres de comunicaciones científicas, como así ocurrió este año en Ciudad Real. Hasta hace muy poco, las enfermeras ni participaban ni lideraban investigaciones. No lo hacían porque en muchos casos no estaban preparadas para ello, pues no había contenidos curriculares en la formación de Grado ni existían los requisitos académicos necesarios. Afortunadamente esto cambió con el Plan Bolonia, que permitió el acceso al Grado y la inclusión de competencias en investigación en el plan de estudios. Al mismo tiempo, se implantó y desarrolló la carrera profesional en la mayoría de los servicios de salud, compensando el esfuerzo de los profesionales sanitarios para formarse continuamente e investigar. Estos acontecimientos promovieron un cambio y abrieron nuevas perspectivas a las enfermeras que les permitió liderar sus propias investigaciones.

En este contexto, desde instituciones como SATSE y FUDEN quisimos promover la investigación y su divulgación, haciendo accesible el conocimiento científico, fomentando la participación de las enfermeras asistenciales, docentes y gestoras en congresos. Por ello, desarrollamos una estrategia de formación centrada en la investigación, con diferentes modalidades y niveles de conocimiento, para todos los profesionales, a través de aulas virtuales, cursos presenciales, talleres, itinerarios, libros como el “A, e, i, o,u de la investigación enfermera”, la revista Nure o la organización de congresos.

Sin embargo, a pesar de lo avanzado, debemos seguir siendo inconformistas, pues queda mucho por hacer. El ritmo de trabajo de los hospitales y centros de salud, las condiciones laborales, la falta de personal y de políticas de conciliación, en un colectivo mayoritariamente femenino, no dejan espacio para las sesiones clínicas, la formación en servicio, la validación de intervenciones y la puesta en marcha de muchos proyectos que, sin lugar a dudas, redundarían en mejorar la calidad de los cuidados enfermeros y, en consecuencia, de todo el sistema sanitario.

A pesar de todo, muchas profesionales lo hacen a costa de su esfuerzo y dedicación, por su compromiso con los pacientes. Por ello, es necesario que las administraciones les den las herramientas necesarias para llevar a término sus investigaciones, pues sus trabajos garantizan una asistencia sanitaria segura y unos cuidados de calidad. Como dijo la nieta de Marie Curie, “tenemos que ser capaces de poner las fuerzas donde se necesita para el interés general. Es lo que hay que hacer”.

Puedes leer el artículo de Víctor Aznar en Enfermería en Desarrollo