Si no hace mucho tiempo se le hubiera dicho a un profesional de Enfermería que el ministro de Sanidad y todos los consejeros de Salud de las diferentes comunidades autónomas iban a participar en una conferencia “enfermera”, con toda seguridad no se lo hubiese creído.

Ver sentadas en una misma mesa a las máximas autoridades sanitarias del país y los representantes del colectivo al objeto de abordar las medidas y actuaciones necesarias para mejorar las condiciones profesionales de la Enfermería española, la atención sanitaria que se ofrece a los ciudadanos y el funcionamiento general del sistema era algo inconcebible hasta hace bien poco.

En unas semanas, si se cumple el acuerdo alcanzado en el reciente Consejo Interterritorial del SNS, este órgano de interlocución directa entre gestores y profesionales supondrá un paso muy importante en el camino emprendido hace años con el objetivo de lograr una mayor visibilidad y reconocimiento social para el colectivo profesional más numeroso en nuestro sistema sanitario.

Llegar al punto en el que ahora nos encontramos no ha sido nada fácil. Muchos han sido los obstáculos que ha debido superar la profesión para situarse al mismo nivel que otros profesionales sanitarios a la hora de ser, cuando menos, escuchados por los que tienen en su mano cambiar las cosas a nivel administrativo.

Ha tenido que demostrar, día a día y con mucho esfuerzo, que no era una profesional que se limitaba a cuidar al enfermo ayudando a otros, sino que, además de atender, curar o prevenir, forma, investiga, gestiona… Un amplio abanico de funciones avaladas por la sobresaliente formación universitaria recibida.

Y si no que se lo digan a los distintos países europeos y de otras partes del mundo que llevan años, y más ahora, aprovechándose de nuestro capital humano enfermero para mejorar a coste casi cero sus respectivos servicios de salud.

Hoy, en 2015, se ha avanzado mucho pero queda aún camino por recorrer. En un presente en el que la crisis económica ha traído, entre otras consecuencias negativas, un grave retroceso en derechos laborales, la Enfermería española debe también dar un paso al frente y trabajar para que el Sistema Nacional de Salud del futuro cuente más con ella.

Sus conocimientos, cualificación y competencias no hablan por sí solas. Si queremos un cambio que mejore el sistema sanitario con más y mejor Enfermería, los profesionales tienen que mostrar una voz, unida y fuerte, que hable del bien personal y el de la sociedad en su conjunto.

Las bases, los cimientos, están puestos. Ahora toca “arrimar el hombro” conjuntamente para asegurar la sostenibilidad futura de una sanidad que debe ser, y no solo sobre el papel, universal, pública y de calidad.

Aquí puedes leer el artículo de Víctor Aznar en ConSalud.es